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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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III.4.2.03. Parábola de los «talentos». Un vídeo: animación y canción.

Texto de San Mateo:

«Es como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus siervos y les encomendó su hacienda: A uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según su capacidad; y se ausentó. Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar con ellos y ganó otros cinco. Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos. En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra y escondió el dinero de su Señor.

Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y ajusta cuentas con ellos. Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros cinco, diciendo: «Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros cinco que he ganado.» Su señor le dijo: «¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.» (… Lo mismo el de los dos talentos)

Llegándose también el que había recibido un talento dijo: «Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste. Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo que es tuyo.» Mas su señor le respondió: «Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí; debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses. Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los cinco talentos.

Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Y a ese siervo inútil, echadlo a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

En labios de Jesús, esta parábola fue un reproche al estancamiento religioso; los «judíos bien» de su tiempo estaban muy contentos de haberse conocido… No veían necesario profundizar en su pensamiento religioso, en su conducta, etc. San Mateo convirtió la parábola en una alegoría facilísima de interpretar en pleno siglo XXI: cada uno tiene «su» responsabilidad; cada uno ha de trabajar «sus» dones recibidos. «Lo que recibisteis gratis, dadlo gratis». La alusión al premio que recibirán los «buenos siervos» es evidente: «Entra en el gozo de tu Señor«.

El tercer siervo es holgazán, irresponsable. Y encima se pone insolente al dar disculpas.

Tras leer esta parábola, brotan «preguntas molestas» a borbotones… ¿He pensado alguna vez que la vida se me ha dado gratis? ¿Qué valor le doy a mi vida? ¿Y a la de los demás? ¿Cómo hago rendir «el capital» que Dios me ha dado? ¿Supero claramente el nivel de conducta «me gusta/mo me gusta»?