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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

III.4.2.01. Los trabajadores de la viña.

San Mateo cuenta esta parábola. Dijo Jesús:

«El Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envió a su viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza, les dijo: “Id vosotros también a mi viña y os pagaré lo que sea justo”. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: “¿Cómo os habéis quedado todo el día aquí, sin hacer nada?”. Ellos le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Entonces les dijo: “Id también vosotros a mi viña”.

Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros”. Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: “Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada”. El propietario respondió a uno de ellos: “Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos quedado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?”. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos».

La queja parece razonable… Los sindicatos convocarían una huelga.

Jesús es un provocador. Seguro que más de un oyente dijo para sus adentros: «Si en ese Reino van a ser así las cosas… quédate tú con tu Reino.»

Las parábolas de Jesús sólo se entienden desde dentro de la persona «si se abre al don de Dios»En el Reino de Dios rigen sus leyes, no las nuestras. Fijémonos:

  • Según nosotroscumplimos la Ley y seremos bendecidos por nuestro DiosJusticia distributiva: a cada uno según su mérito. Y está bien.
  • Según Jesús, en el Reino de Dios rige la Gracia: Su Padre Dios la da con total magnanimidad… y los «viñadores» la aceptamos o rechazamos con la misma libertad…

Supongamos que se inventa un «trabajómetro» perfecto. ¡En el Reino de Dios, «perfectamente inútil»! ¿Por qué?Porque el Reino de Dios es «oferta de Dios» a seres humanos «reales»En él rige el amor infinito de Dios y «lo que se nos pegue» a los hombres… No rige «nuestra» justicia distributiva, aunque es buena.

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.