¡¿Jesús de Nazaret?! ¡Ah, sí!

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Lo contrario de la misericordia es la dureza del corazón, la venganza, el desprecio del necesitado. Pensemos un poquito en la venganza.

«La venganza es natural». ¿Es lo más «humano»? ¿Es superable el deseo de venganza? Tres botones de muestra:

1.- Alumno del último curso de bachillerato. Máxima aspiración en su vida: hacerse Guardia Civil, ir al País Vasco y matar etarras… «Me han roto la vida»… En su furia no veía que ni la Guarda Civil está para eso, ni su vida podía realizarse con esa aspiración.

2.- Entrevista a una señora joven cuyo marido había sido asesinado por ETA. Jamás perdonaría; pero …«hablando con un sacerdote, en Francia, llegué a la conclusión de que perdería mi vida si no trataba de perdonar.»

3.- Habían matado a un personaje. La señora comentó a sus hijos en el funeral: «Ayudadme a perdonar. Perdonad vosotros también «. Apareció una pintada: «Si queréis perdonarnos, joderos». Maldad refinada.

La venganza ¿es la mejor solución posible? Solución «cristiana», no en absoluto. ¿Y solución «humana»? Sentir deseos de venganza es natural. Vivir para vengarse (tema de bastantes películas), no es solución.

Méjico, septiembre de 2008. Aparecieron 24 cadáveres en las afueras de la capital. Palabras del Arzobispo en el funeral:«Se ha propuesto matar a aquellos que matan a otros, que secuestran, liquidan… Ha de considerarse que la venganza genera siempre más venganza» …

El perdón no es virtud de débiles; perdonar requiere más fortaleza que vengarse… Perdonar no significa aceptar el mal o dejar de luchar contra la injusticia y la impunidad… Un mal no se arregla con cobardía.

Hemos dado ejemplos extremos. Pero el deseo de venganza es un okupa en nuestros corazones. ¿En cuántas familias «no se hablan entre hermanos»? ¿Cuántas veces «nos sale» la frasecita «ésta me la pagas»? ¿Qué puesto ocupamos en el ranking de «hacedores de putaditas» para que se entere el muy…? Etc.

La persona magnánima (de «alma grande») da a las cosas la importancia que tienen, disculpa, comprende, perdona… La persona raquítica (en general de mente y de corazón), insegura, envidiosa… vive para sus pequeñas venganzas, rayanas muchas veces en la ridiculez. ¿De qué tamaño tienes el alma? ¿Pasó quizá Jesucristo a tu lado y tuvo que echarse a la cuneta por no aguantar tu «olor insoportable» a… deseos de venganza, por ejemplo?

Miremos a los demás con mirada del Dios de Jesús. Él se abajó para salvarnos a pesar de nuestras miserias. Señor, perdónanos ¡¡¡como nosotros perdonamos!!!