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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

III.4.3.03. Nacimiento de la Iglesia: el mayor milagro.

¿Qué pasó tras la crucifixión, muerte y resurrección de Jesús? Fue desarrollándose la Iglesia de Jesús. Enseguida se constituyó la Jerarquía. Jesús mismo había elegido doce discípulos y había constituido a Pedro como Jefe. Era una forma simbólica de hacer nacer «el nuevo pueblo de Dios», universal, no restringido a las doce tribus de Israel. Pero tras su crucifixión, sus discípulos primero huyeron, después volvieron en torno a María, la Madre de Jesús: rezaban, predicaban… ¡Y se hizo el milagro que dura 2000 años después!

¿Qué milagro? Veamos. Jesús no estudió en ninguna de nuestras grandes Facultades de Empresariales… No empezó por algo que es el abecé de la empresa: Que hay que cuidar al máximo la selección de personal. Diseñó y comunicó con maestría increíble «su visión»: quería cambiar a los seres humanos, al mundo, hasta en lo más profundo de nuestro ser. Además, se comprometió personalmente hasta dar la vida. Pero no se rodeó de gente preparada para ayudarle en tal empresa.

Los evangelios, aunque no son crónicas ni actas, dan datos suficientes para «ver» las cualidades del «equipo» de discípulos que se echó Jesús: hubo entre ellos envidiejas, rencillas, pequeñas traiciones incluso («Judas se quedaba con parte del dinero»), incomprensión de las enseñanzas, etc. y, desde luego, «una clamorosa falta de preparación». No había intelectuales, no había líderes populares. Humanamente, Jesús no tenía nada.

Pero la Iglesia salió adelante. ¿Cómo? Este es el milagro que se nos hace patente cuando miramos hacia atrás la historia del comienzo y desarrollo de la Iglesia: que «sólo» con hombres y mujeres, sólo con seres humanos, «su» Iglesia hubiese desparecido de inmediato. No hubiese durado nada. La existencia del cristianismo es un milagro en sí misma. Sólo la fuerza del Espíritu Santo, la Gracia de Dios, pudo vencer todas las dificultades, sobreponerse a todas las carencias, sacar adelante el cristianismo en aquel momento y a lo largo de la Historia.

Sólo la acción del Espíritu Santo, prometido por Jesús, explica su permanencia. Llamamos milagros a los hechos para los que no encontramos explicación alguna dentro de los límites de nuestra inteligencia. Pues este es uno de esos hechos… y de los más asombrosos… que muchos no quieren ver.

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.