Get Adobe Flash player

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

Visitas hoy: 38
Visitas Totales: 105744
Desde: 24/09/2015

III.4.2.18. Parábola de la cizaña. Vídeo-canción.

La cizaña es una mala hierba cuyas plantitas se confunden fácilmente con las del trigo. No así las espigas. Su grano, bastante obscuro, da una harina que es hasta venenosa. Los labradores deben separar ambas plantas en algún momento.

Jesús habla del Reino de Dios trayendo a la mente de sus oyentes una imagen bien conocida por ellos. Dice el evangelio:

«Y les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: “Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?”. Él les respondió: “Esto lo ha hecho algún enemigo”. Los peones replicaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?”. “No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corréis el peligro de arrancar también el trigo. Dejad que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla. Luego recogéis el trigo en mi granero”».

En la sociedad real en la que nos toque vivir siempre aparecerá el mal real. La parábola asigna al demonio la siembra del mal. Cualquiera de nosotros sabe que, para sembrar el mal, no hacen falta muchos demonios… Nos apañamos solitos.

¿Qué hará el Padre con los sembradores del mal y con el mal que siembran? ¿Arrancarlos de la sociedad y con poder divino hacerlos desaparecer? Ni hablar. Jesús deja bien claro que los cristianos debemos vivir en la «sociedad real» haciendo el bien, tratando de que el Reino de Dios germine y crezca.

Jesús no dejó nada parecido a una ideología política o sociológica, o a un sistema de gobierno concreto. Imaginemos dos políticos, ambos cristianos convencidos, pero en partidos de ideologías diametralmente opuestas. ¿Podrían «convivir» en un mismo parlamento? Sí. Siempre habrá diferencias en el cómo resolver los problemas. Son hombres o mujeres concretos, reales, no ángeles, que gobiernan a hombres y mujeres reales, no angelicales. Nacerán disputas y enemistades. Todos vemos aparecer la cizaña. ¿Qué hacer? Empezar por uno mismo. Después… tenemos que luchar contra el mal, aunque en muchas ocasiones sea difícil acertar.

Sugerimos «rumiar» estas ideas mientras escuchamos la canción.