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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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Desde: 24/09/2015

III.4.1.20. Devotos de María.

La mejor parábola del Reino de Dios es Jesús mismo: su vida, sus actitudes… sus «realizaciones». Es cierto que Jesús era el Hijo de Dios hecho ser humano. ¡Pero era un ser humano idéntico a nosotros excepto en el pecado! Hay personas que se quedan sólo con su condición divina y olvidan su condición humana. Por otra parte no es demasiado extraño el engaño… Y es que no hay manera de que un ser humano «normal» vea como «normal» que Dios se hiciese hombre… Es que ante semejante misterio, si lo pensamos bien, nos quedamos mentalmente estupefactos, anonadados… ¡Dios tiene que estar un poco loco para haber hecho semejante cosa!

María, la Madre de Jesús, fue una mujer más, aunque Dios «la llenó» de Gracia, fue elegida para traernos al mundo al ser humano en el que Dios se hizo hombre. Es lógico que los cristianos nos hayamos quedado un tanto pasmados ante la grandeza y dignidad espiritual de María. Es lógica la devoción que le tenemos.

Quizá haya gente que olvida su condición humana y terminan por venerarla de una manera poco diferente a como se hace en algunas religiones orientales con divinidades femeninas que mitológicamente representan la fecundidad, la bondad, etc. María no es un mito. Es una realidad, una mujer real, que existió en el tiempo y existe en Dios. Es totalmente lógico, y bueno, y apropiado, y normal, y beneficioso para nosotros que la invoquemos… que nos dirijamos a ella para que interceda por nosotros ante el Padre, para pedirle favores, incluso materiales. El hecho de que tantos enfermos acudan al santuario mariano de Lourdes no es ningún «desprestigio intelectual» para los católicos… Es «asombroso» escuchar los ataques a los católicos por esta devoción. ¡Con lo guapas que estarían calladitas esas personas! Pero hablan, o «suenan», y dejan ver el sótano vacío lleno de humedades y telarañas y «trastos viejos intelectuales»… de «su» casa.

Invitamos a escuchar y rezar el avemaría, alabanza y súplica a María, nuestra buena Madre.

AVE MARÍA, AVE MARÍA, AVE MARÍA, AVE MARÍA

Dios te salve, María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo, bendita entre las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

AVE MARÍA, AVE MARÍA, AVE MARÍA, AVE MARÍA

Santa María, madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén,
ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.