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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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Desde: 24/09/2015

I.2.1.14. Una mujer vestida del sol…

Hay dos citas en la Biblia que, desde siempre, se han interpretado como revelación acerca de María, la Madre de Jesús:

1º) Génesis. Paraíso Terrenal, origen de la Humanidad: La «serpiente», el demonio, incitó a Eva a desobedecer a Dios comiendo fruta del árbol prohibido. Eva incita a pecar también a Adán. Es una explicación legendaria del pecado original. Dios castiga a la serpiente: «Pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. Ella te aplastará la cabeza». La mujer que aplastará la cabeza del mal es María, que no tuvo este pecado original, «Inmaculada». Su hijo Jesús es el linaje del mismo Dios que se hizo ser humano en María, la Madre de Jesús.

2º) Apocalipsis. También desde siempre se ha relacionado con María este pasaje del Apocalipsis:

«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el sufrimiento de dar a luz. (Sol, estrellas, serpiente bajo sus pies: son símbolos con los que se representa a María Inmaculada.)

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo alumbraase.

La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones…; y su hijo fue arrebatado hasta el trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada… Cuando el Dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer… Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos del Dragón, donde tiene que ser alimentada… Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente. Pero la tierra… abrió su boca y tragó el río vomitado por el Dragón. Entonces, despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.»

Todo el libro está relacionado con las persecuciones que sufren los cristianos. «Revela» (Apocalipsis, «revelación») que somos muchísimos los seres humanos que experimentamos el mal y sufrimos sus consecuencias. Acudir a nuestra Buena Madre María para pedirle fortaleza y fe es seguir la tradición de la Iglesia desde ya el siglo III. Quizá el río del agua de maldad que vomitó el dragón sea ahora el nihilismo, la «nada» como meta del vivir sin sentido y morir como cualquier animal… desaparecer en la nada.

Recemos mientras escuchamos: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas la oración de tus hijos necesitados. Líbranos de todo peligro, ¡oh siempre virgen gloriosa y bendita!