¡¿Jesús de Nazaret?! ¡Ah, sí!

Es evidente que sí. Eso no lo discute nadie. Diferimos en los medios para «salvar» a este mundo.

Los cristianos decimos que necesitamos dos cosas: todas nuestras mejores energías y sabidurías ¡y a Dios! Una buena síntesis de nuestra postura vital: «Trabajar por el bien de todos como si Dios no existiera y esperar el éxito como si todo dependiese de Él».

Los ateos, agnósticos, etc. en sus variadas formas, opinan o que no tiene solución (y al que le toque la china que se aguante) o que los seres humanos podemos arreglarnos solitos. Dios no es necesario; incluso estorba la idea.

Contemplar este video hasta el final. Una mujer joven, mientras se arregla para una gala en la que le otorgarán el premio «Cámara de Oro» de fotografía periodística, repasa mentalmente las escenas que presenció. Después, opinar.

Al final, la reportera llora amargamente, descorazonada, aterrada… ¿Por qué si está allí para recibir el premio Cámara de Oro? ¿No os parece que esta mujer «muy de hoy día», muy del mundo desarrollado, sofisticada, triunfadora en un trabajo expuesto y de aventura, bien podría ser el icono perfecto de la mujer «ideal» del siglo XXI…? Y sin embargo parece esconderse avergonzada, aterrada, … ¿Podría ser quizá la imagen icono de nuestro mundo actual que llora impotente ante las tragedias que él mismo provoca?