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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

I.2.1.06. Salvación del mundo: dos tendencias.

Somos muchos los que «soñamos» cada día con un mundo humano «mejor hecho»… Mundo «humano», pues percibimos el mundo «físico» o material como suficiente para proveer a toda la Humanidad de unas condiciones de calidad de vida, si no de lujo, sí por lo menos con las necesidades elementales cubiertas: alimentación, vivienda y educación para todos. Y conseguido por autodesarrollo, no por «limosna».

Muchas personas creen que esa «situación de salvación» para la Humanidad puede conseguirse sólo con la Ciencia, Técnica y Política. También los cristianos esperamos eso. La diferencia está en ese «sólo»: los cristianos creemos que necesitaremos a Dios. Podemos hablar, pues, de «convergencia entre poderes laico y religioso». Durante siglos predominó el poder religioso o se confundieron ambos; terrible fuente de conflictos. Ahora hay un laicismo que pretende anular el ámbito religioso.

Siempre será difícil dialogar con quienes quieren «imponer» sus ideas, ateas o religiosas. Basta encender la tele o mirar un periódico para «ver» guerra de civilizaciones, no alianza. O «ver» guerra de ideologías: socialismo – capitalismo, etc.

  1. Las personas maduras (religiosas, agnósticas o ateas) tratan de convencer, no de vencer; de servir, no de imponer… Ahí están los cientos de ONGs.
  2. Las personas realmente religiosas buscan una salvación mucho más profunda y absoluta que la limitada a la situación de justicia de este mundo: la salvación social y de cada persona. Y no sólo temporal, sino definitiva, imperecedera. Una salvación que sólo el buen Dios y Padre de Jesús de Nazaret puede prometer y dar. Para ello se necesitan fe y esperanza contra toda esperanza, paciencia, perdón, misericordia, … Creemos que la salvación «social» necesita también la ayuda de Dios. Solitos los Seres Humanos… de momento hemos conseguido las más implacables guerras de exterminio «de unos contra otros».

El Islam y los islamistas representan un papel social y religioso muy diferente. En la práctica, siguen identificando los poderes civil y religioso. El diálogo con el Islam es realmente difícil.

Ahora, quienes nos sintamos cristianos recemos la oración que nos enseñó Jesús: «Cuando queráis rezar al Padre Dios decid: Padre nuestro, de todos… venga a nosotros Tu Reino… perdónanos como nosotros perdonamos…«