Jesús de Nazaret
VI.4.2.02. Cristianos y economía. (Canción de San Francisco de Asís. Kairoi)
De cierto autor copié lo siguiente:
«Ha sido necesario el escándalo. Para que todos “tropecemos”, para que todos “caigamos” (eso significa el “skándalon”, griego). Y así, empecemos a pensar que la solución vendrá, no el día que bajen los impuestos, ya que eso a quien favorece es a los ricos, ni el día que se controlen los salarios porque eso a quien perjudica es a los pobres, sino el día en que todos nos pongamos a controlar el deseo… no para imitar a los más afortunados, sino para resolver las necesidades de todos.«
La economía actual está basada en el consumo: Todos deseamos tener, usar, gastar como ricachos. Pero «aterricemos»: Una jovencísima alumna de 2º de la ESO organizó un trabajito de investigación entre sus compañeras: Cuántas prendas de vestir se compraban ¡y tiraban! sin haberlas estrenado. ¡Me quedé de piedra! Muchísimas.
El autor dice que el motor de la economía es el deseo incontrolado de las personas. Tenemos que cambiar el «motor del deseo» por el «motor de la necesidad»… ¡¡¡pero de todos los «aldeanos» de la Tierra!!!
¿Por qué se fabrican tantas cosas en China para consumo de pueblos ricos? En China: jornadas laborales larguísimas, descansos y sueldos, bajísimos. Es decir: explotación del hombre por el hombre… ¡El HOMBRE!… este angelito que en cuanto puede pisa a sus semejantes como a cucarachas… Curiosísimo: Un poderoso grupo de economistas dice lo mismo que este teólogo.
Estos «motores» de la Economía están en lo hondo del corazón. Empecemos por lo que tenemos siempre a mano: controlar mis deseos de consumir sin ton ni son… ¡¡y dar, dar, compartir algo de lo mío: empezando por las propinas…!! Por ejemplo.
Unos minutos de contemplación y reflexión sobre esta Tierra que el Señor nos ha regalado a todos y los pueblos ricos nos damos tanta prisa en estropear. Canción de San Francisco de Asís.