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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

VI.3.6.29. Tiempo de cuaresma.

La cuaresma es un tiempo de preparación espiritual para celebrar la Pascua, la Resurrección de Jesús a la Vida definitiva. Pero antes «pasamos» por la celebración de la Pasión y Muerte de Jesús… el apasionante «misterio» del amor de Dios. Misterio también en el sentido de que nos resultan hechos incomprensibles ¿No le bastaba a Dios hacerse ser humano en Jesús que además tuvo que pasar por la tortura y muerte horrible de la cruz?

Por otra parte, vivimos «sintiendo» más que «pensando». Actuamos más por el «me gusta/no me gusta» que por el «tengo que…». De una manera más fina: nuestra vida está más llena de «eros» (amor, sentimiento) que de «ágape» (amor, voluntad). Es decir, predominio de la vida materialista sobre la vida espiritual… O predominio del animal sobre la persona… (Ya sé que ambas cosas son inseparables como las dos caras de una moneda… Lo malo sólo es que hay personas que parecen ser una moneda con la cara animal en ambos lados…)

No sabemos qué hemos recibido al descuidar el espíritu. Lo pasamos genial, muy buenos ratos… Aunque después venga la resaca ¡y vuelta a empezar! Demasiada química en nuestras vidas y poco o nada de voluntad, libertad, espíritu, ayuda, compartir, etc. En definitiva, nula o escasa búsqueda de amor verdadero. Esta actitud les dura a muchas personas demasiado tiempo… Años buscando consuelos absurdos; no encuentran explicación a nada; dejan de creer… Desesperanza, desilusión, vaciedad, nihilismo de hecho… ¡Qué panorama el de muchos jóvenes! Este es el «coste humano» de no mirar el sacrificio, el esfuerzo, la voluntad cara a cara.

La cuaresma nos recuerda la necesidad de mirar cara a cara la realidad de la vida, con sus buenos ratos y sus muchas dificultades. Y verla desde la Resurrección de Jesús, con esperanza y responsabilidad. Desde una «Vida» que el Padre nos regala, así «gratis data», por nuestra cara bonita. No tenemos ningún derecho a despreciar el don de la vida y menos a malgastarla o no hacerla fructificar, a no darle sentido ninguno… A estar en esta vida «por haber de todo»…

Pensar así todas estas cosas y «hacer prácticas» de vida espiritual es una buena manera de preparar la fiesta de la Pascua, de la Resurrección de Jesús a la vida definitiva.