Jesús de Nazaret
VI.3.6.19. Un villancico para pensar y rezar: A BELÉN SE VA Y SE VIENE.
La costumbre de cantar villancicos es maravillosa. Si, además, se hace en familia y cantan todos, aunque resulte una coral de calderos rotos, aun más maravilloso. Es como dar la bienvenida en familia al Niño Jesús. Se hace familia, cordialidad, cariño… y ¡cuántas veces! también acogida de familiares «distantes», curación de heridas del alma, perdón…
La letra del villancico que transcribimos aquí es una auténtica reflexión/oración acerca del misterio de que Dios se haya hecho hombre. Un escritor católico dice que es el misterio del «despatarre» mental… porque no hay manera de comprender, de imaginar, de suponer… lo que creemos que hizo Dios: querer tanto a los seres humanos que se hizo uno más… ¡y de qué forma!
Dice así el villancico:
A BELÉN SE VA Y SE VIENE
POR CAMINOS DE ALEGRÍA,
Y DIOS NACE EN CADA HOMBRE
QUE SE ENTREGA A LOS DEMÁS.
A BELÉN SE VA Y SE VIENE
POR CAMINOS DE JUSTICIA,
Y EN BELÉN NACEN LOS HOMBRES
CUANDO APRENDEN A ESPERAR.
Le esperaban como rico, y habitó entre la pobreza;
Le esperaban poderoso, y un pesebre fue su hogar.
Lo esperaban un guerrero, y fue paz toda su guerra;
Le esperaban rey de reyes, y servir fue su reinar.
Lo esperaban sometido, y quebró toda soberbia,
Denunció las opresiones, predicó la libertad.
Lo esperaban silencioso; su palabra fue la puerta
Por donde entran los que gritan con su vida la Verdad.