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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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VI.3.6.18. Villancico «Noche de paz».


 

Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor;
Sólo se escucha en un pobre portal
De una doncella la voz celestial:
Duerme mi dulce Jesús.
Duerme mi dulce Jesús.
Noche de paz, noche de luz.
Ha nacido Jesús.
Pastorcillos que oís anunciar,
No temáis cuando entréis a adorar,
Que ha nacido el amor.
Que ha nacido el amor.
En el pesebre del niño Jesús,
la tierra entera se llena de luz,
porque ha nacido Jesús,
entre canciones de amor.

ABC, Día 30/12/2010, Israel Viana: … Todo ocurrió tres años después de que Europa dejara de desangrarse por las guerras expansionistas francesas y de que Napoleón diera por concluída su epopeya en Waterloo. En la Navidad de 1818 reinaba la paz en Oberndorf y Mohr, entonces con 26 años, preparaba como siempre la tradicional Misa del Gallo, con la pena de que el órgano de la iglesia no estaba en condiciones de sonar. El sacerdote se puso manos a la obra y encontró la solución: escribió una poesía y se la llevó a su amigo músico, Franz Gruber, para que le pusiera una sencilla melodía. En apenas unas horas de la tarde del 23 de diciembre, y con la ayuda de una guitarra, el villancico quedó terminado y adaptado para dos voces y coro.

No se sabe si fue interpretado al principio o al final de la misa, pero sí que allí fue donde sonó por primera vez, sin que Mohr o Gruber se imaginaran que aquella canción se haría universalmente conocida. Y aquello no hubiera ocurrido si, en la primavera siguiente, no hubiera llegado a Oberndorf el constructor de órganos Carlos Mauracher, que, tras conocer el texto y la partitura, se las llevó al Tirol. Y desde allí, dos amigos suyos, los hermanos Strasser, se dedicaron a difundirla por todo el país, durante los muchos viajes que hacían para comercializar sus guantes.

Trece años después de su composición era cantada por un grupo de católicos en la localidad alemana de Leipzig, en un viaje que, lenta pero exitosamente, le fue llevando al resto del mundo como «canción popular tirolesa». El éxito de aquel pequeño gesto de Mohr fue rotundo, a juzgar por su popularidad hoy, y por la gran cantidad de artistas famosos que la han interpretado. Y poco se hubiera sabido de sus autores si, 30 años después, en 1854, ya muerto Mohr, un miembro de la capilla real áulica de Berlín no se hubiese preguntado sobre el origen del villancico. Tras un periodo investigando, solicitó información al convento benedictino de San Pedro, en Salzburgo, que pidió a Gruber que escribiera aquella carta. En ella contaba que Mohr, perteneciente a una familia modesta de Salzburgo tuvo que costearse sus estudios, y que, treinta años después de componer el villancico, murió a los 56, respetado y muy querido, pero tan pobre que la ciudad tuvo que hacerse cargo de los gastos de su entierro. Qué hubiera sido de Mohr si hubiera nacido hoy…

La letra del villancico contiene siempre ideas similares, pero no es idéntica en todos. Aquí damos otra versión.

Noche de paz, noche de amor
Todo duerme en derredor
Entre los astros que esparcen su luz
Bella anuciando al niño Jesús
Brilla la estrella de paz
Brilla la estrella de paz
Noche de paz noche de amor
Oye humilde el fiel pastor
Coros celestes que anuncian salud
Gracias y glorias en gran plenitud
Por nuetro buen redentor(bis)
Noche de paz noche de amor
Ved qué bello resplandor
Luce en el rostro del niño Jesús
En el pesebre del mundo la luz
Astro de eterno fulgor(bis)