VI.3.4.0. Qué es la misa… hoy.
Jesús celebró «una última cena» muy especial: fue la primera Eucaristía. Las dos cartas de San Pablo a los corintios reflejan cómo celebrababan la eucaristía los primeros cristianos.
Fueron escritas en los años 55-56. Desde la muerte de Jesús, tan sólo habían pasado unos 25 años. La extensión del cristianismo era milagrosa… Los de Corinto celebraban banquetes «en memoria de la cena del Señor» como se hacía en las demás comunidades cristianas… Pero entre ellos, «muy suyos», cada familia llevaba sus manjares y de eso de repartir… poco o nada. Esas cenas no se parecían nada de nada a la de Jesús; no podían ser memoria de su pasión, muerte y resurección… Resultado: que San Pablo tuvo que decirles qué es la celebración «en memoria de la cena del Señor», o «la acción de Gracias» («Eucaristía»). San Pablo:
«Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez os he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la bebáis, hacedlo en memoria mía». Y así, siempre que comáis este pan y bebáis esta copa, proclamaréis la muerte del Señor hasta que él vuelva.»
Empleamos desde hace ya siglos la palabra «misa». El celebrante despedía a los fieles en latín: «Ite, missa est», «Podéis iros, el envío está hecho»; «podeís iros; ya habéis recibido la misión» de ser cristianos. Era como «enviarlos» a practicar lo que habían aprendido y celebrado en la reunión.
Muchas personas han dejado de ir a misa «porque la misa no les dice nada». Sería interesante examinar el porqué de cada persona. Varias veces he comprobado algo también muy real: que cuando un grupo de jóvenes se comprometen a trabajar juntos en alguna acción solidaria cristiana enseguida piden poder celebrar una misa juntos… «Lo malo» llegaba al final: «¡Esto es misa y no la de los domingos!». ¿Qué está pasando? Pues que la mayoría de cristianos ni sabe qué es, ni a qué va…
A quienes os sintáis cristianos de verdad ¿no os dan ganas de llorar? Podríamos decir: «Voy a celebrar la eucaristía con la gente de mi parroquia», por ejemplo. Este lenguaje sería un buen «indicador» de cristianismo real.
Padre nuestro, que estás en el cielo; Danos hoy nuestro pan de cada día. Amén |
Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo. Santa María, Madre de Dios, Amén |
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. |