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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

V.1.1.01. La Magdalena.

María Magdalena siguió a Jesús tras su conversión. «Jesús había expulsado de ella siete demonios»... ¿enfermedad? ¿pecados? No sabemos. Si es la misma (históricamente es imposible saberlo con cierta seguridad) que le lavó los pies y derramó sobre su cabeza un perfume muy caro, «ama mucho porque se le ha personado mucho». Algo seguro: es discípula de Jesús y le sigue hasta el calvario. Allí está junto con otras mujeres al lado de María, la Madre de Jesús.

Jesús la escoge a ella para ser la primera en transmitir la gran noticia de la Resurrección. Si eso ya era difícil de creer, que lo comunique una mujer era todavía más. En las cosas importantes de la vida social las mujeres no pintaban nada. El gesto de Jesús se lo pone aun más difícil a sus discípulos.

Narra San Juan:

«Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» – que quiere decir: «Maestro». Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor.»

Tras el anuncio de La Magdalena, sería lógico una gran alegría en el grupo. ¡Pero cuesta creerla!

En el fondo, su situación es similar a la de muchos cristianos de hoy día: La fe-confianza es mucho más que «saber». Hay que «sentir» a Jesús vivo en medio de nosotros… Una anécdota: Celebrábamos la Pascua. «Sentimos» la presencia de Jesús entre nosotros. A media noche salimos al escampado. Gritábamos «Jesús, Jesús, Jesús«. Los soldados que hacían guardia en el cuartel próximo comunicaron a sus jefes que se trataba de unos chicos algo bebidos… Algo parecido había pasado 2000 años antes en Penrecostés.

¿»Vemos – sentimos» a Jesús en nuestras vidas o no pasa de ser un conocimiento más…?

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.