Get Adobe Flash player

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

Visitas hoy: 99
Visitas Totales: 105222
Desde: 24/09/2015

III.4.2.23. Sí, pero no. No, pero sí.

Jesús estaba y se hacía notar en Jerusalén. Escribas, fariseos y saduceos pujaban a ver quiénes eran capaces de «cacharlo» en algún renuncio. Acababa Jesús de cerrarles el pico con una frase lapidaria: «No sabéis contestar… Pues yo tampoco os diré en nombre de quién tengo la autoridad para hablar». Y añadió esta parábola:

«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le mandó: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña.» Y él respondió: «No quiero». Pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: «Voy, Señor». Y no fue ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? «El primero», le dijeron. Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegarán antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.»

Jesús dejó muy claro a sus oponentes que con la lengua podemos decir muchas cosas… que no se ajustan a la realidad interior. Podemos fingir… en muchos grados, naturalmente. El fingimiento puede llegar a ocultar los propósitos más turbios, degradados… o tener escasa importancia. Jesús les da a entender que ellos, los que se creen perfectos, le dicen a su Dios que sí a todo. Se han dado una verdadera multitud de normas para cumplir la Ley de Moisés… ¡pero su corazón está vacío de Dios! Y los compara con los más odioso para ellos: publicanos y prostitutas. Muchos de estos «pecadores» escucharon a San Juan Bautista, recibieron su bautismo de agua en señal de arrepentimiento. Ellos en cambio estimaron que lo del Bautista no iba con ellos; ellos eran los perfectos. Ahora venía Jesús, hablando en un tono absolutanmete diferente, «Dios es misericordioso, perdona siempre…» ¡Y tampoco le creen! Incluso buscan deshacerse de Él. Jesús lee sus pensamientos.

¿A qué tipo de hijo petenezco yo? ¿Al del primero y, aunque tengo mis prontos, después sé dominarme y hacer lo que debo hacer? ¿O soy persona de «buenas palabras» y «malos hechos»? ¿Pertenezco quizá al tipo del que dice que no y es que no?

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.