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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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Desde: 24/09/2015

II.2.3.02. María, la «cristiana» más próxima a Jesús.

 

La vida de María está ligada a la de Jesús… ¡Natural! Era su Madre. Sí; pero no.

  1. María estuvo junto a Jesús de manera muy activa espiritualmente. Escuchó, pensó, asimiló su mensaje. Fue su primera y mejor discípula.
  2. Y no simplemente por ser su madre. Ella estuvo atenta a la voluntad de Dios de forma nada habitual ni siquiera entre las israelitas más piadosas.
  3. Los católicos no adoramos a María como si fuese Dios. Pero la colocamos en el centro de nuestra vida cristiana…porque ella fue la que primero y más intensamente «asimiló en su vida» la Persona y el mensaje de Jesús. La invocamos como a nuestra Madre espiritual.

María y José pertencían al «resto de Israel», a los «anawin», judíos piadosos, pobres en general, alejados de la política, pero guardadores de la esencia del pueblo escogido por Dios para perpetuar su conocimiento entre todos los pueblos. María y José son «el ambiente» religioso de Jesús. En su familia, desde muy niño, empezó a ver al Dios del que hablará después, su Abba, Papá. Un Dios que acoge a todos sin excepción, que perdona sin necesidad de sacrificios… En esta vida familiar, en la sencillez de los trabajos de una aldea labradora, conociendo de cerca la pobreza, en contacto con la naturaleza y los hombres, encontró Jesús las imágenes para sus incomparables parábolas del Reino de Dios. Su familia era ya el Reino hecho realidad, vivido. El canto de María, el Magníficat, anterior al nacimiento de Jesús, es una síntesis de su evangelio.

Cualquiera que se ponga a pensar un poquito, encontrará enseguida que las circunstancias en que María tuvo que creer fueron tan y más difíciles que las nuestras. Por eso la invocamos como «Hermana en el fe»: Un embarazo sospechoso de todo, unas comunicaciones humanamente «increíbles» de Dios a ella y a José; un niño «misterioso» que será causa de que«una espada de dolor atraviese su alma»; un hijo que, en aquel tiempo y aquel pueblo, no se casa, se va al desierto con un profeta, se decica a predicar cosas novedosas… que terminan por llevarle a la muerte de los esclavos, la cruz. ¿Puede alguien opinar que de no haber tenido María una confianza total, aboluta, en su Dios, su Yahvé, hubiese seguido a Jesús, por más que fuese su Hijo?

Recemos mientras escuchamos:  Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas la oración de tus hijos necesitados. Líbranos de todo peligro, ¡oh siempre virgen gloriosa y bendita!