Get Adobe Flash player

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

Visitas hoy: 111
Visitas Totales: 105676
Desde: 24/09/2015

II.2.1.10. El «Nunc dimitis» del anciano Simeón… hoy día.

El Dr. Enrique Rojas cuenta en su libro «Adiós depresión» un caso clínico que resumo: Mujer de 38 años (que llamaremos Carla), familia acomodada, sin estudios superiores, mimada, sin problemas importantes. Pero empieza a mostrarse inaguantable. El elemento desencadenante ha sido la boda de su hermana, de 40 años. Copio unos párrafos:

  • Carla: Estoy triste. Me veo sola y sin mi hermana. No tengo trabajo (no lo necesita). Muchos días no sé qué hacer. Me veo con la vida a medio hacer y empiezo a pensar en lo que he hecho hasta ahora con mi vida y me da pena, creo que no he tenido suerte
  • Doctor: ¿Y no te planteas llenar más tu vida? Eres joven y podrías hacer algo más interesante.
  • Carla: Yo creo que lo mejor sería casarme, como mi hermana. No es tan difícil encontrar un hombre que me guste y del que me enamore, ¿no le parece, Doctor?
  • Doctor: Yo, como médico, creo que antes deberías tener otro tipo de vida que te haría estar mejor contigo misma y, al mismo tiempo, buscar nuevas amistades. Eres joven, pero para encontrar un novio, hoy en día, puede no ser fácil…
  • Comenta su madre: … se lo hemos puesto todo muy fácil. Se le pasan los días sin hacer casi nada, viendo la televisión, comprando y leyendo revistas del corazón, que me parece que le han hecho mucho daño.
  • Tomado del diagnóstico: Estamos ante una clara «vida depresiva», con ingredientes propios de una persona poco madura en lo afectivo y que no ha sabido trazar un proyecto de vida coherente y atractivo, así como enfocar correctamente el tema de tener un novio o un grupo de amigos adecuado.

Bien. Hasta aquí, Carla, la actual (siglo XXI), la mujer joven y «con todo lo que se puede desear en esta vida»… Ahora, la oración del anciano Simeón: «Señor, ya puedes dejar que tu siervo se vaya en paz  porque han visto mis ojos tu salvación«.

Estamos ante dos personas muy distantes en el tiempo y en las vivencias. Sin embargo… ¿Qué le hace feliz a Simeón? ¿Qué le hace infeliz a Carla? Observemos la diferencia: Simeón sabe para qué ha vivido y Carla aun no sabe para qué vive… Parece que está en el mundo por aquello «de haber de todo»…

¿Es frecuente la situación de Carla? ¿Qué proyectos vitales tienes tú? ¿Son de «buena calidad» o se reducen a «pasarlo de … madre»?

Recemos: Te alabamos Señor y Padre nuestro por todo lo que tenemos en la vida. Danos luz y fuerza para no desperdiciar nada y «llenarla a tope de sentido»: plantearnos y saber para qué vivir y vivirlo. Amén.

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.