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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

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Desde: 24/09/2015

II.0.0.00. Nacimiento de Jesús en Belén. Historia, Teología, Fe,- Catequesis.

Una anécdota: Estaban dos amigos con sus niños charlando delante de un escaparate en el que se exhibía un belén. Un pequeñito preguntó a su padre qué era aquello. Su padre le comentó al amigo que no le diría nada porque «Sabrás que yo soy ateo y no quiero que mis chavales aprendan esas tonterías». Intervino la niña: “¡Ay papá! ¡Qué cosas tienes! Pues la Virgen, San José y el Niño y los pastores y todo eso. ¿Qué va a ser si no?».

Los primeros cristianos tuvieron que convencer a sus paisanos de

  1. que el Mesías que esperaban no era como ellos lo esperaban (poderoso, político…) sino algo muy distinto y que se había cumplido en Jesús;
  2. que leyendo a fondo las profecías, Jesús había sido su cumplimiento. (Las profecías no son «adivinaciones del futuro» sino «mensajes de Dios acerca de nuestra salvación»);
  3. que leyendo las Escrituras a la luz de lo que había sido la vida y muerte de Jesús, tenían que entender de forma muy diferente la salvación anunciada por Yahvé.

Vista así la vida de Jesús, ya no es tanto historia como «confesión de fe» y enseñanza: Jesús fue el gran regalo que Dios Creador hizo a la Humanidad, muy por encima de lo que el pueblo judío y algunos grandes hombres intuían que tenía que llegar. A muchos les parecía imposible que el destino del Hombre fuese el sepulcro «y nada más». Este anhelo de inmortalidad fue superado por Jesús. Es imposible hablar de Él «sólo como objeto de Historia»… ¡ni rastro quedaría! Pero sí queda porque pasó de la Historia a la fe… y la fe se transmite por «contagio», antes y más que por enseñanza. Los creyentes actuales no creemos porque los Apóstoles «montaron un tinglado» descomunal (que dura ya 2.000 años) a partir de su «experiencia empresarial»… (¡Pobres!). Creemos por el testimonio que dieron acerca de Jesús… ¡que les costó la vida a todos ellos!

Este afán de enseñar una fe antes que una historia se nota bien en las narraciones del nacimiento de Jesús: El evangelio más antiguo, San Marcos, no lo menciona. San Mateo hace una narración «paralela» de algún modo a la de Moisés, el gran liberador de Israel. San Lucas lo describe como comunicación de Dios al mundo a través de las personas. San Juan, el evangelio escrito ya a finales del siglo I comienza con una confesión de fe: «En el principio ya existía la Palabra, y Aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios… Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron«.

Cada episodio que narran los evangelios es una hermosísima catequesis acerca de cómo Dios «acampó, vivió entre nosotros» al hacerse ser humano en Jesús.

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.
Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.