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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

I.2.3.1. Libro “Los Hechos de los Apóstoles”. Vídeo «Camino neocatecumenal».

Es el libro del Nuevo Testamento que más carácter histórico tiene. No obstante, la idea fundamental de su autor no es tanto contar qué pasó exactamente tras la muerte de Jesús como decirnos cuál era la fe que transmitían los Apóstoles y los primeros discípulos de Jesús y cuáles fueron los primeros pasos de la constitución de la Iglesia.

El cristianismo nació como una culminación de la religión judía, no como nueva religión. Para ellos, lo que predicaban era el cumplimiento en Jesús de Nazaret de las promesas hechas por Dios a su pueblo, aunque entendidas de forma nueva y diferente. Estas diferencias le costaron la vida a Jesús, a San Esteban, a Santiago, etc.

Los Apóstoles y los primeros misioneros cristianos, cuando llegaban a una ciudad, iban a las sinagogas y allí contaban lo sucedido. Para los oyentes sólo era nueva la interpretación de los hechos de Jesús. De hecho, en este libro se dice expresamente que muchos sacerdotes judíos y fariseos y maestros de la Ley se unieron al «movimiento Jesús».

Pero esto mismo fue también la primera gran dificultad que encontró el cristianismo en su expansión. Había judeocristianos que creían necesario seguir «practicando» algunas normas del judaísmo. Por otra parte, en Los Hechos se narra cómo San Pedro tuvo una revelación acerca de que también los no judíos debían ser bautizados: Fue en casa del Centurión Cornelio; tras el bautismo de él y de todos los de su casa, experimentaron un fenómeno similar al de Pentecostés. El año 50 hubo en Jerusalén un verdadero concilio para dirimir estas cuestiones.

Después, el libro sigue contando, sobre todo, los viajes misioneros de San Pablo. La idea fundamental que transmitían era que Dios, Creador de todo lo que existe, nos salva en Jesús de Nazaret, por quien se perdonan todos nuestros pecados, los de todos los seres humanos sin excepción, que esto fue así porque nuestro Padre Dios nos quiere por encima de todo… y no por sacrificios de animales, o ni siquiera por nuestras buenas obras…

Recemos: «Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡ven Señor Jesús!» ¡Ven Señor Jesús! Te necesitamos ahora más que entonces. ¡Señor Jesús! perdona nuestra soberbia, ayúdanos a «entenderte» de veras. Amén, así sea.

¿»Nueva» predicación del evangelio o vitalidad evangélica renovada en pleno siglo XXI? Un ejemplo: el Camino neocatecumenal.