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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

VI.3.6.10. Solemnidad de la Ascensión del Señor.

¿Cómo comenzaron su andadura histórica las primeras comunidades cristianas sin la presencia de Jesús? Tal vez no fue tan sencillo como solemos imaginarlo. ¿Cómo entendieron y vivieron su relación con Jesús una vez desaparecido de la tierra?

Mateo termina su evangelio con una escena de despedida en una montaña de Galilea en la que Jesús promete solemnemente: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Jesús estará siempre con ellos. ¿Cómo?

Lucas narra una escena final de despedida temporal: Jesús «se separa de ellos subiendo hacia el cielo»: Jesús vive ya en el misterio de Dios. Pero sube al Padre bendiciendo a los suyos. Sus seguidores comienzan su andadura protegidos por aquella bendición con la que Jesús curaba a los enfermos, perdonaba a los pecadores y acariciaba a los pequeños.

Juan cuenta que, al despedirse, Jesús les dice: «Yo me voy al Padre y vosotros estáis tristes… Sin embargo, os conviene que yo me vaya para que recibáis el Espíritu Santo». La tristeza de los discípulos es explicable. Es la tentación de vivir de manera infantil bajo la protección palapable del Maestro.

Esta «ausencia» de Jesús dará madurez a sus seguidores. Les deja la fuerza de su Espíritu. Él promoverá el crecimiento responsable y adulto de los suyos. Es bueno recordarlo en unos tiempos en que parece crecer entre nosotros el miedo a la creatividad, la tentación del inmovilismo o la nostalgia por un cristianismo pensado para otros tiempos y otra cultura.

La fiesta de la Ascensión del Señor nos recuerda que, terminada la presencia histórica de Jesús, vivimos «el tiempo del Espíritu», tiempo de creatividad y de crecimiento responsable. El Espíritu no proporciona a los seguidores de Jesús «recetas eternas». Nos da luz y aliento para ir buscando caminos siempre nuevos para reproducir hoy el espíritu de Jesús. Así nos conduce hacia la verdad completa de Jesús.

Está claro que no somos cristianos de la misma manera que eran cristianos nuestros mayores. Incluso está muy claro que, para la inmensa mayoría de nosotros, «vivir en cristiano» es una opción tirando a singular, porque casi nadie se la plantea. En tiempos de nuestros mayores no se planteaba esa cuestión porque «todos eran cristanos»… (Habría mucho que decir del tema, pero démoslo por bueno…).

¿Te sientes alguna vez bicho raro porque vas a misa los domingos? O al revés ¿te sientes bicho raro porque no vas nunca a misa? ¿Qué te empuja a hacerlo o a no hacerlo? La naturaleza de esos «empujes» puede ser muy variada.

¿Hubo algún momento en tu vida en el que los «espectadores» pudieron decir «Así lo haría Jesús»?

«El Espíritu nos conduce hacia la verdad completa de Jesús». Si la verdad completa de Jesús fuese de un kilómetro de longitud ¿en qué punto te encontrarías: en el punto 0, por los primeros metros propios de la infancia, adelantado como corresponde a una persona con juicio propio?

Invoquemos al Espíritu Santo con esta breve oración:

Entra hasta el fondo del alma,
Divina Luz, y enriquécenos.
Mira el poder del pecado, cuando no sopla tu aliento.
Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro.