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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

VI.3.5.08. ¿Es esto morir o irse al cielo? Un ejemplo muy concreto desde EEUU. 3 ª p.

Si las dos partes anteriores de la carta de esta mujer eran «altamente curativas contra la falta de fe y de felicidad», el final muestra la entereza de una mujer que confía por completo en Dios.

Estoy hace 8 días internada nuevamente con neumonía (infección en los pulmones). En mi condición, es sumamente peligrosa; lo gracioso (porque hay que encontrar lo simpático en todo),  fue que al entrar a una prueba con bastantes riesgos, antes de sedarme, hace un par de días,  estando en el quirófano, mi  doctora me volvió a preguntar por enésima vez: Sra. García, usted sabe que esta prueba es de muy alto riesgo, usted sabe que puede quedarse en esta sala, ¿quiere  seguir adelante? Recuerdo el haberla tomado de la mano, y decirle: Dra. Estoy en calma, estoy en paz, siga con su trabajo, que todo está bien, no pasa nada, no se preocupe por mí, ya firmé todo lo que se requería, mi familia me apoya, sigamos y a ver que pasa. Acto seguido, le sonreí y  le dije, duérmame, que no quiero sentir; y así fue, desperté 4 o 5 horas después; aún sigo sin saber los resultados de  una biopsia pulmonar y qué tipo de bacteria deben atacar. ¿Por qué tengo neumonía? Bueno, es “lógico”, la infusión de un biológico (un tipo de medicamento), además de un bloqueador del sistema inmune, va destruyendo el cuerpo con los años;  lo químico ayuda a una cosa, destroza a otra, y esa es la ley de vida. No sé cuando saldré del hospital, ya me dirán. Por ahora, tengo mi propia rutina, levantarme, ducharme, maquillarme, esperar a que pasen doctores, enfermeras,  converso con quien entre a la habitación, leo, medito, rezo, uso mi portátil, acá hay Wi-Fi en TODOS lados, viene mi marido después de trabajar, charlamos un poco, el día sigue y termina.  A mis hijas solo las veo en fines de semana; como sabe, no viven en esta ciudad. Mi futura Dra., y mi futura especialista en Estudios Internacionales, van muy bien. Felices, que eso es lo que importa; ya tenemos el vestido de novia para la esperada boda de mi hija mayor en noviembre del próximo año y de faltar a ella, mi hermana mayor, me reemplazará ayudando a vestir  a mi hija de novia, que es lo que siempre está reservado para la madre, pero, si no llego a la misma, pues ella me reemplazará. Estuvo en casa de visita por 15 días los cuales disfruté inmensamente, solo charlamos, se encargó de adaptar mi habitación con un pequeño refrigerador, en el cual guardo mis gaseosas, leche,  una pequeña cajonería en las que tengo algunas galletas, etc. en fin, cosas que si no me siento capaz de ir a la cocina de casa, las tengo a la mano.   La vida en esta ciudad es muy solitaria, pero, gracias a mis contactos “eclesiásticos” tengo un soporte de ayuda de voluntarios quienes al solicitarlo me pueden llevar a citas médicas,  ir de compras, etc, sin necesidad de manejar (conducir), a lo cual NO he renunciado. Mi párroco fue quien organizó se me ayudara de inmediato, y este cura es de lo más insistente; tuve que dejar de lado mi ego,  reconocer que requiero ayuda y aceptarla. Sigo manteniendo mi vida independiente, hago todas las cosas de casa, pues esa función de ama de casa, la domino; además que el cocinar para mi marido y tenga una cena decente, no gringa, es algo que disfruto y él aprecia.

Por ahora, he tenido que posponer mis enseñanzas de Español, lo seguiré haciendo al salir de acá y claro, en casa, mis alumnas, quienes son mis amigas van a casa cada jueves desde las 6.30 hasta las 8.30 PM y lo pasamos MUY BIEN.

Concluyo este mail diciéndole: SOY UNA MUJER FELIZ. Dios me ha dado mucho, me dio vida, alegría, una familia amorosa,   me dio al H. Julián, mi mentor, guía espiritual, y amigo, a quien quiero como un padre,  y él me quiere como a la hija que jamás tuvo, para mí es el único padre  que en verdad  conocí, conociéndome desde mis 3-4 años; tengo amigos que me quieren, ¿Es que me puedo quejar?  Mi vida es plena, solo siento el no poder regresar a España, algo que se me quedó en el tintero, pero, aunque parezca una locura, aún mantengo esa ilusión de volver a visitar lo que tanto disfruto,  la compañía de los Hermanos,  la amena conversación, la oración en la capilla, las comidas, los paseos por los senderos, los paisajes (Galicia), los churros del Jacobus… Roxos, casa Santa, ¿Quién sabe?  La lógica puede decirnos mucho, pero Dios obra por caminos misteriosos. Con cariño, María.