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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

I.1.1.0. Nacimiento de Jesús. Datos: historia y fe.

Actualmente, en cuanto algún historiador (o algún «novelista») dice que seguramente Jesús nació en Nazaret, que lo de los Reyes Magos es imposible, etc., hay cristianos que «dejan de creer»… Pero entonces, ¿en qué creían? La naturaleza de su fe ¿era «religiosa» o «histórica»? ¿Es que acaso los primeros cristianos, de origen hebreo, fueron unos cabritos que quisieron engañar a las generaciones posteriores de cristianos? La fe es confianza en Alguien, no comprobación histórica o científica. Los cristianos del siglo XXI creemos en que el mismísimo Dios se hizo ser humano en Jesús de Nazaret, con cuerpo (“en-carne”) y espíritu, que vivió para señalarnos el camino de la salvación definitiva, total, absoluta, en Dios, su Padre y nuestro Padre. Quizá ahora no necesitásemos la narración evangélica de San Lucas; pero sí la necesitaron las primeras comunidades de cristianos que vivían entre los demás judíos y cuya cultura base era la Biblia. A ellos les importaba hacer narraciones teológicas para expresar su fe y transmitirla; poco o ningún interés tenían en hacer crónicas.

Pero entonces ¿por qué seguir celebrando el nacimiento del Niño Jesús tal como lo hacemos tradicionalmente? Pues porque es una manifestación de fe, antes y mucho más que la conmemoración de un acontecimiento histórico. Éstos se celebran con desfiles, monumentos, etc. Por la fe en lo que cuenta San Lucas celebramos que Dios intervino desde el primer instante en la aparición de Jesús sobre la tierra: la anunciación a María, el empadronamiento, la falta de posada, los ángeles, los pastores, etc.  En las fiestas navideñas no nos regocijamos porque unos sabios llegados de Oriente dieron esquinazo a Herodes, sino porque «El Hijo de Dios se hizo hombre y acampó (vivió) entre nosotros» a pesar de todos sus enemigos, los de entonces y los de ahora. Es muy importante que sepamos y entendamos lo que celebramos. En las narraciones evangélicas de la Infancia de Jesús encontraremos «lecciones» escalofriantes para nuestro mundo lleno de materialismo, de soberbia… de pecado. ¡Y estas «lecciones» sí son importantes para nuestra fe y vivenvia cristianas!

Estará muy bien que en unos instantes de silencio y reflexión le pidamos a nuestro buen Padre Dios que abra nuestras mentes y, sobre todo, nuestros corazones, a recibir la Verdad de nuestra fe cristiana. Podemos decir en nuestro interior una oración muy cortita que rezaban los primeros cristianos y que se conserva en arameo: «Mahranata»«Ven Señor» Jesús. O bien, digamos a nuestra buena Madre aquello de «muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre».

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.