Get Adobe Flash player

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

Visitas hoy: 34
Visitas Totales: 104926
Desde: 24/09/2015

V.3.1.00. Pentecostés. Narración en Los Hechos de los Apóstoles. (Canto-oración)

Jerusalén era un hervidero de gentes llegadas de todo el mundo para la «Fiesta de las tiendas», en memoria de la entrega de la Ley a Moisés y de los años pasados en el desierto. Se celebraba el día quincuagésimo («pentecostés», el día siguiente a 7 semanas). El pentecostés cristiano es la celebración fundacional del nuevo pueblo de Dios: nuevos miembros, «nueva ley constitucional». San Lucas lo narra en Los Hechos de los Apóstoles(Recortamos bastante el texto)

«Entonces se volvieron a Jerusalén… subieron a la estancia superior… Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la Madre de Jesús…

De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. (Viento, luz, fuego, son formas bíblicas de hablar del Espíritu Santo)

Había en Jerusalén hombres piadosos venidos de todas las naciones… Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que están hablando? Pues ¿cómo cada uno de nosotros los oímos en nuestra propia lengua? … todos los oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.»

… «¿Qué significa esto?» Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!» Entonces Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «Judíos y habitantes todos de Jerusalén: Que os quede esto bien claro y prestad atención a mis palabras: No están éstos borrachos, como vosotros suponéis, pues es la hora tercia del día (1), sino que es lo que dijo el profeta: » Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu… Continuó: «Israelitas, escuchad: A Jesús, el Nazareno… vosotros lo matasteis clavándolo en la cruz… A este Jesús Dios lo resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos. Y exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y ha derramado lo que vosotros veis y oís. … «Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado.»

Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?»… Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas.»

(Sigue un canto-oración. 5:18 min.)

(1) Los romanos dividían el tiempo de un día en 8 horas. Cada una de «sus» horas equivalía a 3 horas de las nuestras.