Get Adobe Flash player

Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

Visitas hoy: 128
Visitas Totales: 88373
Desde: 24/09/2015

IV.5.1.01. La oración en momentos difíciles.

Dice San Mateo:

«Entonces llegaron a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: «Sentaos aquí, mientras voy allá a orar». Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Les dice: «Mi alma está triste hasta morir; quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú».

Volvió entonces donde los discípulos y los encuentra dormidos; y dice a Pedro: «¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto, pero la carne es débil». Y alejándose de nuevo, por segunda vez oró así: «Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad». Volvió otra vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban cargados de sueño. Los dejó y se fue a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.»

Confesamos que Jesús era Dios… y solemos olvidar que también era un ser humano. Tuvo miedo, pavor ante el sufrimiento… Buscó fortaleza en la oración. Rezó, rezó intensamente, angustiosamente, en «agonía» (1).

¿Y nosotros?

Mujer que, a sus 50 años, sabe que le queda poco tiempo de vida. Houston, USA:

«Pude experimentar algo realmente maravilloso al darme cuenta que estaba muriendo… sólo  podía mirar a mi familia tratándo de transmitirles tranquilidad… Me encomendé al Señor, pedí perdón por los pecados cometidos, y le dije: «Padre, me pongo en tus manos, hágase tu voluntad, solo pido cuides  a mis hijas y esposo”. En ese momento, sentí que me envolvía por completo una paz indescriptible, el miedo desapareció, estaba en manos del Señor, todo mi ser estaba con Él. Era como si estuviera dentro de una burbuja transparente, totalmente protegida. ¿Sabe lo que es eso? Es increíble… no sentir miedo, solo sentir paz, seguridad en momentos que tu vida está terminando… Es algo que jamás olvidaré… he sido bendecida ¿cómo creer lo contrario? No todos tienen la suerte de recibir muchas cartas de amor de Nuestro Padre celestial. Es verdad que hay que querer escuchar lo que nos dice estando en silencio, orando y teniendo confianza en su amor hacia todos nosotros, sus hijos y de esa manera poder escucharlo. Si no estamos en silencio, sólo escucharemos el ruido de nuestra propia mente… Todo me ayuda asobrellevar mi realidad, aceptar lo inevitable, disfrutar de los buenos momentos, y ser feliz. Si Hermano, soy FELIZ, tengo una familia que me quiere,  buenos amigos que me aprecian, tranquilidad espiritual ¿De qué me puedo quejar?

Me han dado 2 años de vida con suerte… no tengo miedo… cuando llegue el momento, no estaré sola, nuestra Madre me esperará con los brazos abiertos, recogiéndome con el cariño que una madre sabe dar,pasando a una vida distinta en el reino celestial.«

 

(1) La palabra «agonía» significa «lucha», aunque habitualmente sólo la empleamos para significar la última lucha por seguir vivos.