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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

IV.4.1.07. Significado que dio Jesús a su muerte.

Vemos la muerte bilógica como «natural». Las circunstancias pueden ser normales o trágicas; en muchas ocasiones, sin sentido; muertes estúpidas, evitables…

Pero también hay personas que dan a su muerte un sentido determinado: China, Plaza de Tianamen. Pedían libertad miles de estudiantes; el cambio del régimen comunista. Un estudiante se puso delante de un tanque, se arrodilló, abrió los brazos y esperó. El tanque lo aplastó. Pidió la libertad de forma trágica y más eficaz que cualquier otra acción… porque entregó su vida libremente.

¿Fue la muerte de Jesús el resultado de su vida y predicación? Sí. ¿Pudo evitarla? Sí. ¿Qué sentido dio Jesús a su muerte? Lo reveló en la última cena:

  • Fue ceremonia profética, de revelación. Jesús no afrontó su muerte como algo inevitable.
  • Tampoco como «la muerte del justo» a secas, que resiste la maldad y se deja matar como defensa de su verdad.
  • Jesús sabe lo que hace y da significado a sus actos en la cena pascual con los Apóstoles: la celebra en plena festividad de la pascua judía; «su» cena pascual será el comienzo del nuevo pueblo de Diosuniversal (no sólo las 12 tribus de un pueblo), y definitivo (invita a los hombres a construir ese nuevo mundo mejor simbolizando el servicio en el lavatorio de los pies).
  • Al acabar la cena se retira a Getsemaní para orar. Será muy fácil apresarlo allí porque el traidor conoce el sitio. La cuestión está muy clara: Da a la cena pascual el sentido pleno de su entrega a la muerte violenta por el Reino de Dios, tal como él lo ha predicado. Ahora pondrá el sello de su muerte voluntariamente aceptada como garantía insuperable de que el Reino, el nuevo pueblo de Dios, es mucho más que palabras. Es la realización final, feliz, definitiva, plena del Ser Humano por la gran razón de que su y nuestro Padre Dios, nos quiere, no nos dejará caer en el «gélido abismo de la nada» (Unamuno).

Pensar en Jesús, y rezarle, nos acerca a la manera más eficaz de ser personas valiosas, realizadas, con sentido del vivir y del morir, con esperanza, con alegría…

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.