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Jesús de Nazaret

Jesús de Nazaret

StatPress

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Desde: 24/09/2015

IV.3.4.00. La resurrección de Lázaro. Narración evangélica.

Lo cuenta el evangelista San Juan. Nos muestra una escena de profunda realidad humana: la vida, la muerte, la amistad… ¡la Vida!, la temporal y la eterna.

… Dice a sus discípulos: «Volvamos de nuevo a Judea.» Le dicen: «Rabbí, hace poco los judíos querían apedrearte, ¿y vuelves allí?» Jesús… añadió: «Nuestro amigo Lázaro duerme; voy a despertarlo.»

«Señor, si duerme, curará.»… Jesús les dijo abiertamente: «Lázaro ha muerto, y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis.» Tomás, el Mellizo, dijo: «Vayamos también nosotros a morir con él.»

Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios (menos de 2 km), y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para consolarlas por su hermano.

… Dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Jesús: «Tu hermano resucitará.» Marta: «Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día.» Jesús: «Yo soy la resurrección. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?» Ella: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo.»

… fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: «El Maestro está ahí y te llama.» Ella se levantó rápidamente, y fue donde él… Los judíos que estaban con María en casa consolándola, al ver que se levantaba rápidamente y salía, la siguieron pensando que iba al sepulcro para llorar allí.

… María, al ver a Jesús, cayó a sus pies y le dijo: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.» Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente: «¿Dónde lo habéis puesto?» «Señor, ven y lo verás.»

Jesús se echó a llorar. Los judíos entonces decían: «Cómo le quería.»

Algunos dijeron: «Éste, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?» Jesús se conmovió de nuevo y fue al sepulcro… Le dice Marta: «Señor, ya huele; es el cuarto día.» Le dice Jesús: «¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?»

Quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos a lo alto: «Padre, te doy gracias por haberme escuchado… lo digo por estos que me rodean, para que crean que tú me has enviado.»

Gritó: «¡Lázaro, sal fuera!» Y se levantó el muerto, atado de pies y manos con vendas y envuelto el rostro en un sudario. Jesús: «Desatadlo y dejadle andar.»

Muchos de los judíos, viendo lo que había hecho, creyeron en él.

Padre nuestro, que estás en el cielo;
Santificado sea tu Nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal.

Amén

Dios te salve, María, llena eres de Gracia, el Señor es contigo.
Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
Ruega por nosotros, pecadores,
Ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.