¡¿Jesús de Nazaret?! ¡Ah, sí!

Con cierta frecuencia empleamos expresiones como «los caminos de la vida», «cada uno tiene que hacer su propio camino», «caminante no hay camino, se hace camino al andar», etc. Jesús mismo dijo que Él era Camino, Verdad y Vida. El evangelio de San Marcos presenta la vida de Jesús como la de un peregrino que va de Galilea a Jerusalén. En Jerusalén culminará «su» camino… su vocación.

Era tan nueva la manera de hacer de Jesús que muchos empezaron a verle como el Mesías esperado. Pero «no daba el perfil del Mesías caudillo», esperado. Hacía milagros. Podría ser. La gente habla, se pregunta… Jesús también pregunta a sus discípulos: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» San Pedro le responde: «¡Tú eres el Cristo!».

Lo que sigue es sorprendente. No contradice a San Pedro, pero le aclara lo que significa ser el Cristo: ser buscado por los sacerdotes del templo, ser apresado, ser torturado, morir en Jerusalén… Jesús tiene muy claro qué es ser el Cristo. San Pedro no lo entiende así. Coge a Jesús aparte y le habla en serio. «A ti, no puede sucederte eso…«. Jesús le responde duramente. «Tus pensamientos no son de Dios, sino de los hombres»…

Unas preguntas que nos ayuden un poquito a «hacer nuestro camino»: ¿Sabemos dónde estamos? ¿Sabemos a dónde vamos? Si el caminante no sabe a dónde va, todos los indicadores son inútiles.

¿Vamos o nos dejamos llevar? Aunque no tenga decidido qué voy a hacer en la vida, sí puedo tener decidido cómo voy a ser… Una chiquita que faltaba mucho a clase, inmigrante, con serias dificultades escolares, me dijo un día:«No creas… ¡yo voy a ganar mucho dinero!». Pensé: Es posible. Pero sería mucho mejor que echases a andar y dejases de soñar… ¿Vamos a algún sitio o nos quedamos «matando» el tiempo? Escuchar y pensar… ¡y rezar!

TU CAMINO Y TU VERDAD

YO QUIERO SER INSTRUMENTO DE VIDA,
QUIERO SEGUIR TU CAMINO Y TU VERDAD.
YO QUIERO SER INSTRUMENTO DE VIDA,
QUIERO SEGUIR TU CAMINO Y TU VERDAD.

Lo que he vivido me enseñó
que eres un Dios de vida y paz,
que la justicia y el amor
es lo que quieres de verdad.
Quiero seguirte, mi Señor,
tus actitudes asumir,
y que la duda y el temor
no me hagan cómplice del mal.

Como inocente muerto en cruz,
el Padre te resucitó.
Yo te he podido descubrir
de tus verdugos triunfador .
Protege a los que matarán
por el delito de pensar,
y abrir la boca y exigir
poder vivir con dignidad.